Tradición

El público arropa a los nabateros en su descenso por el río Gállego, con mejor caudal que otros años

Este año se han incorporado cuatro nuevos participantes

Una de las nabatas.

Una de las nabatas. / EL PERIÓDICO

El Periódico de Aragón

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Nadie ha querido perderse el descenso de nabatas por el río Gállego, ni siquiera el caudal, mayor que en anteriores ediciones, lo que ha facilitado el viaje, pero al mismo tiempo lo ha vuelto más complicado.

Esta tradición ha congregado a más público que en otras ediciones, más y muy repartido por todo el recorrido, especialmente en la salida de la Playa de Murillo, pero también en puntos habituales como los puentes y en el último tramo. Y, sobre todo, a lo largo de todo el recorrido buscando sendas y caminos para ver a los nabateros más de cerca en su descenso. En esta jornada se recuerda el antiguo oficio de llevar los troncos de un lugar a otro a través del río.

Como ya es tradicional, han vuelto a bajar una nabata de tres trampos con ocho nabateros y una de dos trampos con cinco nabateros. Este año, al contrario que el pasado que alguno se tuvo que quedar en la orilla para aligerar el peso por la falta de caudal, se han incorporado cuatro nabateros nuevos que han trabajado para poder tener las nabatas listas un año más. También ha participado como invitados Leo Part, presidente de la Associació Maeros del Xúquer y Enrique Climente, de La Val de Echo.

Durante el descenso, aseguran los protagonistas, el buen caudal ha supuesto un mayor esfuerzo porque en las curvas la corriente les empujaba hacia el lado exterior del río con el peligro de chocar contra las piedras de ese lado, situación que se ha dado en dos ocasiones en la nabata de tres trampos. Este peligroso choque ha provocado que se soltarán dos maderos laterales que ha habido que atar sobre la marcha con gran pericia de los nabateros.

Las nabatas han salido consecutivamente, con una buena toma de corriente que ha puesto a prueba la habilidad y el equilibrio de los nabateros. El público ha sentido de cerca el riesgo y la emoción que conlleva esta práctica, aseguran.

Foto de familia de los nabateros.

Foto de familia de los nabateros. / EL PERIÓDICO

Hay que tener en cuenta que cada trampo pesa más de una tonelada y hay que tener cuidado en su manejo para mantener el equilibrio y no poner en riesgo la seguridad de los nabateros y nabateras. La pericia de los protagonistas ha hecho que pasaran bien los dos pasos complicados anticipando con mucha distancia las maniobras necesarias para conseguirlo.

El público presente en el puente de Murillo ha visto la gran velocidad que coge la corriente al concentrarse por un canal estrecho de agua que se forma entre la cimentación del puente y ha aplaudido con emoción.

El segundo paso, conocido como "la lavadora" también ha tenido espectadores, que se las han apañado para llegar hasta ahí y ver este complicado paso por el trazado del río con curvas y bloques de piedra caídos que también se ha sorteado con destreza y rapidez. En ambos pasos y en otros lugares con más oleaje la nabata se ha hundido parcialmente remojando bien a los nabateros.

Este año es de destacar la numerosa presencia de “piedras lloronas” por las que el agua pasa por encima sin que se puedan detectar hasta que están casi encima y pueden provocar embarrancar la nabata, situación que no se ha dado gracias a la atención de los nabateros. Además, los nabateros han estado astutos para poder parar las nabatas en la zona de "a barca" de Santolaria para cumplir con la tradición de una pequeña parada para reponer fuerzas en donde también numeroso público acompaña el almuerzo nabatero.

Para finalizar se ha realizado el último tramo con unos rápidos y una curva complicada en la zona del molinaz en la que también hay que esquivar la pilona del antiguo puente medieval conocido como "pontaz". La llegada por al Puente de Hierro abarrotado de gente que aplaudía y vitoreaba ha sido muy emocionante.

Homenaje.

Homenaje. / EL PERIÓDICO

Ambas nabatas han realizado una vuelta pinta-coda que visualmente es muy atractiva y que supone un último esfuerzo nabatero. La parada final en la playa aguas abajo del puente también ha precisado de habilidad para parar.

Este emocionante descenso ha demostrado la consolidación de este referente turístico en la Comarca de la Hoya de Huesca, que ha contado de nuevo con mucho público tanto en la salida y en el Puente de Murillo de Gállego como en la llegada en el puente Santa Eulalia. Para mejorar la seguridad se ha contado con dotaciones de bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza y de la Diputación Provincial de Huesca para aumentar la seguridad, así como del club de Aguas Bravas de Murillo de Gállego que ha bajado con sus instructores y los jóvenes alumnos y alumnas que han dado colorido a la bajada.

Este año ha sido especial también por ser el primer año que bajan habiendo sido declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y también coincide con la celebración de la fiesta de la victoria contra el pantano de Biscarrués que continuará con más actos los próximos fines de semana.

A la llegada a la playa los familiares han abrazado efusivamente a los nabateros y tanto vecinos de la zona como público han podido fotografiarse y felicitarlos en persona por el buen descenso realizado. Este rato se ha alargado más de una hora pues muchas eran las personas que querían llevarse este recuerdo en forma de fotografía.

Una comida popular en Biscarrués de convivencia y celebración del éxito tanto del descenso de nabatas como de las Jornadas del río Gállego ha puesto el broche de oro a estos intensos días de trabajo nabatero en la Galliguera.

Este descenso ha estado acompañado por compañeros nabateros de la Val de echo y también de la Comunidad Valenciana.

En este descenseo se ha necesitado especialmente habilidad puesto que algunos troncos no estaban en buen estado. Por eso están realizando una recogida de fondos para renovar la madera nabatera aprovechando el numeroso público para vender nudos nabateros, chapas, vinos y otras recompensas que pueden obtenerse a través de la página web www.riogallego.org.