Una nueva vida para el Stadium Las Fuentes: Zaragoza contará con el rocódromo que merece

Que Aragón no cuente con una gran instalación para la escalada tiene los días contados. Tres emprendedores, tres escaladores, quieren poner solución a un problema que soporta una comunidad creciente. A principios del año que viene está prevista la inauguración de BulderLand Escalada, un centro que quiere convertir en Zaragoza en un destino a la altura de Madrid, Barcelona, Pamplona o Cáceres.

Este nuevo equipamiento espera paliar la situación deficiente y denunciada desde la comunidad de escaladores y la propia Federación Aragonesa de Montaña. La ausencia de un rocódromo de nivel ha provocado un déficit de los competidores aragoneses de élite, que para entrenar en instalaciones homolagadas para pruebas internacionales tenían que hacer centenares de kilómetros y desplazarse fuera de nuestra comunidad, incluso hasta Francia, lo que impedía su desarrollo cómodo y completo de su potencial.

Esta sala, pensado para todos los niveles, cerrará esta carencia. "Hemos estado visitando instalaciones de España y de Europa para captar ideas y ver qué necesitábamos, cómo podíamos diseñar el centro. Será una instalación equipada con lo último y en la que se pueda competir a nivel internacional al nivel de Sputnik Climbing en Madrid o Rocópolis en Pamplona. Queremos ser un referente", añade Samuel Arroyo.

Esta infraestructura, de inversión privada y 2.000 metros de superficie, se instalará en las antiguas instalaciones del Stadium Las Fuentes, junto al Tercer Cinturón, y será un verdadero paraíso par los amantes de la roca o sus sucedáneos de interior. Más de 2.500 metros escalables con espacios habilitados para distintas experiencias, incluida una zona de boulder con las últimas tendencias en presas y lances y otra habilitada para la escalada de dificultad, en paredes verticales y aseguración con cuerda, actividad imposible de realizar en rocódromos de la capital aragonesa tras el cierre del centro 7fun el pasado verano. Un plano vertical de 17 metros de alto y 18 de posible recorrido combinarán más de cien vías con la alternativa que incorporarán 30 autoseguros, mecanismo que permite escalar sin la necesidad del contrapeso de seguridad ante una caída de un compañero.

Aunque en un principio no está programado una pared específica para la práctica de la escalada de velocidad, que en Aragón tiene un referente en la ejeana María Laborda, no descartan equipar un muro. “Hemos reservado un espacio y podríamos adecuarlo”, incide Samuel Arroyo. El centro será accesible para personas con movilidad reducida y dispondrá de espacios de ocio infantil, bar y una terraza en el jardín.

Estos emprendedores aragoneses han buscado durante dos años un lugar para emplazar su sueño, que empieza a ser una realidad. Tras la obtención de la financiación, los permisos y la creación de un proyecto, las obras ya han empezado cubriendo una antigua piscina. “Hemos estado buscando en Zaragoza por todos los sitios, hemos visto múltiples espacios, que tenían que ser amplios, como grandes naves industriales, pero nos encontrábamos con el problema de el suelo no tenía utilidad para un recinto deportivo. Al final nos hemos decidido por construir nuestra propia instalación en una antigua piscina”, indica Samuel Arroyo.

Él, José María Puyal y Eduardo Lana son escaladores y ahora empresarios que se han embarcado en un proyecto que afrontan sin miedo y apoyado por el mecenazgo de amigos, familiares, de otros amantes de este deporte… “de muchos pequeños inversores”. La experiencia vivida con BunderLand les ha animado a tirar para arriba. Abrieron en 2019 esta primera instalación en la Avenida de Navarra, dedicada al boulder, la escalada sin cuerda sobre tableros horizontales, y, por la aceptación y el ‘boom’ que ha vivido la escalada tras la pandemia tuvieron que ampliar hasta los 2.000 metros cuadrados. “En la actualidad tenemos más de mil personas que vienen regularmente al mes. Contamos que tenemos unos 12.000 usos mensuales. La escalada se ha puesto de moda y faltaba una instalación de otra dimensión en Zaragoza. Y teníamos claro que si nos metíamos en esto no era para ir a por el chuletón y no conformarnos con una hamburguesa”, bromea Samuel.