SUCESOS EN ARAGÓN

Tiroteo en Villamayor de Gállego: "Yo no disparé, saqué el arma para intimidar un poco"

Un padre y su hijo se enfrentan a diez años de cárcel por el tiro que alcanzó a la pareja de la hermana del progenitor

Un padre y su hijo se entregan tras disparar a su cuñado en Villamayor de Gállego

A prisión el padre, y su hijo, libre, por disparar a su cuñado en Villamayor de Gállego

El padre, Daniel A. S., y su hijo, Daniel A. D., ayer, en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza. | MIGUEL ÁNGEL GRACIA

El padre, Daniel A. S., y su hijo, Daniel A. D., ayer, en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza. | MIGUEL ÁNGEL GRACIA / A. T. B.

Un padre –Daniel A. S. (España, 1980)– y su hijo –Daniel A. D. (España, 1998)– se sentaron ayer en el banquillo de los acusados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza como presuntos autores de un delito de homicidio en grado de tentativa por el disparo que alcanzó el rostro de su cuñado y tío, respectivamente, a las afueras de la vivienda donde residía la víctima en Villamayor de Gállego. Allí convivía con su pareja, precisamente la hermana del primero de los acusados, quien, supuestamente, no aceptaban la relación sentimental que ambos mantenían. De ahí que el 17 de enero de 2023 se personaran Daniel A. S. y Daniel A. D. en el citado domicilio para llevársela con ellos. Mientras que el vástago se acogió a su derecho a no declarar, el padre reiteró que fue su hermana quien le llamó para que fuera a recogerla y negó haber apretado el gatillo de la escopeta a la llegada de su cuñado a la finca. «Yo no disparé. Se disparó el arma forcejeando con mi hijo y debía de estar cargada con un cartucho. Solo saqué el arma para intimidarlo un poco», justificó.

Al padre y al hijo los encontró la víctima al llegar a la finca, localizada en una zona aislada de la localidad zaragozana. «Salieron dos personas armadas cuando bajé de la furgoneta. Intenté cubrirme, pero me pilló el tiro desde el otro lado de la ventanilla y caí muerto al suelo. No tenía consciencia», dijo el herido, sobre quien se abalanzó su pareja para evitar un segundo disparo. También aclaró que el vástago «intentaba» evitar que el progenitor le apuntara con la escopeta, aunque al final no lo lograra.

Sobre el disparo se pronunciaron los agentes del Equipo de Balística de la Guardia Civil, quienes concretaron que el tiro se efectuó «a corta distancia» y con una trayectoria «ascendente» y «oblicua». También precisaron los investigadores que encontraron 88 impactos de bala en el interior de la furgoneta de la víctima, lo que, unido al calibre del arma, les llevó a cifrar en 200 los perdigones que salieron despedidos de la escopeta.

Entre «cuatro y cinco» de los perdigones impactaron en el rostro del herido a tenor de las lesiones que presentaba en el tabique nasal, en el ojo o en el pómulo. A ello aludió la perito del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón al enumerar las secuelas que ahora padece, entre ellas, una disminución de la agudeza visual en el ojo derecho o la alteración del iris.

Quien no quiso aclarar nada de lo sucedido fue su ya expareja –«tengo una laguna en mi cabeza y no recuerdo muchas cosas», reiteró– a pesar de que, tal y como le recordó ayer la fiscala, tanto en dependencias policiales como en fase de instrucción había declarado que ambos acusados se la querían llevar de su vivienda. Incluso el presidente del tribunal provincial, el magistrado Alfonso Ballestín, le advirtió de que, «probablemente», la sentencia incluirá la deducción de testimonio de su declaración. O lo que es lo mismo: el inicio de los trámites contra su persona como presunta autora de un delito de falso testimonio, castigado con penas de entre seis meses y dos años de cárcel.

Por todo ello, tanto el ministerio fiscal como la acusación particular a cargo del abogado Joaquín Tortajada, en sustitución de Olga Oseira, solicitaron una pena de diez años de cárcel y el pago de 80.000 euros de indemnización en concepto de responsabilidad civil. La defensa ejercida por Alejandro Sarasa, por su parte, interesó la libre absolución del hijo –Daniel A. D.– y una condena de dos años de cárcel para el padre –Daniel A. S.– como autor de un delito de lesiones con instrumento peligroso con la concurrencia de la atenuante de confesión y de reparación del daño. 

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